Por Buenavida
No hay razón para no querer saber si tienes VIH: la terapia farmacológica ha adelantado tanto que, incluso para algunos pacientes, puede consistir de un solo medicamento. Más aún: se ha confirmado que existe evidencia científica según la cual una persona que vive con el VIH, que esté usando adecuadamente la terapia antirretroviral con carga viral no detectable, no transmite el virus sexualmente. Es decir, una persona con la enfermedad puede tener una vida normal. Ni el VIH ni el sida son sentencias de muerte, siempre y cuando el paciente busque y se comprometa con el tratamiento. Conociendo tu estatus, puedes salvar tu vida y evitar contagiar a otros.
Por eso y por todas las razones que puedan llegarte a la mente, toma acción, acude y hazte la prueba. Según el doctor Iván Meléndez-Rivera, toda persona debe hacerse la prueba del VIH “al menos una vez en la vida”.
Por su parte, para el doctor Roberto A. Calderón Santiago, especialista en medicina interna y médico tratante del VIH, lo más importante de hacerse la prueba es primero, conocer su estatus de VIH: negativo o positivo. “Una vez la persona conoce su estatus, en caso de que la prueba salga positiva, es comenzar la terapia, para lograr un nivel de indetectabilidad del virus o, por el contrario, si sale negativa, entonces sigue educándose para evitar infectarse”.
Siempre es mejor saber. El viejo pensamiento de no querer saber para evitar enfrentarse a la realidad solo sirve para complicar la situación. “Trabajamos mucho con el estigma, con reducir el temor de que la enfermedad le va a causar la muerte. Eso ya no es una realidad. Dentro del universo de terapias, no debería haber nadie VIH positivo que no esté en tratamiento y no tenga una vida normal. Lo mejor para eso es el conocimiento, hacerse la prueba, conocer su estatus”.
“Es importante saber si ese estatus es negativo, en el caso de que la persona no haya entrado en conductas de riesgo, o positivo, de modo que pueda acceder al tratamiento lo más pronto posible”, sostuvo por su parte Meléndez-Rivera, cuya práctica de medicina primaria incluye la prevención y educación sobre este padecimiento.
De igual manera, el también médico de familia enfatizó en que, aunque los números han mejorado, todavía la infección sigue siendo un asunto de importancia para el cuidado médico general de los pacientes. “Si una persona ha tenido intimidad al menos una vez en su vida sin las debidas precauciones, es posible que haya estado en contacto con el virus. Hacerse la prueba de VIH es una búsqueda de información en beneficio del paciente y de su salud”, puntualizó.
En cuanto a la indetectabilidad del virus, Calderón Santiago explicó la relación entre indetectable e intransmisible. Según narró, los médicos estaban observando que muchos de sus pacientes que tienen relaciones cerradas donde una de las partes es VIH positivo y la otra negativo, estaban teniendo relaciones sexuales sin protección, a pesar de la recomendación de que no se hiciera de esa forma debido al riesgo de transmisión del virus. Luego de muchos estudios, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) establecieron que cuando la carga viral es no detectable, la persona VIH negativo no se infectará. “Es importante la adherencia al tratamiento, mantenerse no detectable, para que esa intransmisibilidad del virus continúe siendo una realidad”, recalcó. Es decir, siempre y cuando el paciente esté no detectable, puede tener relaciones sexuales sin protección en sus laboratorios de calidad viral.
Publicado originalmente el 27 de junio de 2018 en la revista BuenaVida.