“Soy nutricionista y amo el café”

Por Alana Marrero González, LND, MHSN

Como cierre a este maravilloso mes de la nutrición, me gustaría hablar sobre uno de los gustos culturales que más disfruto: mi cafecito. A menudo recibo críticas o me miran con el rabito del ojo, cuando la gente se entera que soy una dietista puertorriqueña que AMA el café, sin ningún tipo de remordimiento, amo el café. Disfruto un buen café mañanero y es normal verme ordenar un espresso como postre.  

Una de las razones por las cuales defiendo el café es porque lo entrelazo a algunas de mis memorias favoritas. He tenido el privilegio de disfrutar café que me prepara mi abuelo, tomar café con mi mamá en Italia, degustar café cubano caminando en La Habana y tener una maravillosa primera cita mientras bebo café.  Algunos lo demonizan, pero yo no. Luego del agua, el café resulta ser la bebida que más se consume en el mundo. A uno de sus ingredientes principales, la cafeína, se le adjudican diversas propiedades que varían según la dosis de café que se consuma.

Su efecto más conocido es el de estimular el sistema nervioso central, aumentando el estado de alerta y la agitación. Y sí, es cierto que hay algunas condiciones de salud o situaciones en las cuales la cafeína no es nuestro mejor aliado. Sin embargo, diversos estudios nos han demostrado con evidencia basada en la ciencia, que el café podría disminuir el riesgo a desarrollo de condiciones neurológicas como el Alzheimer, por su capacidad de reducir la acumulación de proteína amiloide en el cerebro. Como si fuese poco hay múltiple evidencia que relaciona el café con la mejora en el rendimiento en el ejercicio aeróbico prolongando la aparición de la fatiga y mejorando la función. El café es rico en el antioxidante llamado polifenol, el cual ayuda a disminuir el estrés oxidativo.

Ahora bien, es muy importante tener en cuenta que la moderación como en todo es clave. Se recomienda no exceder de un máximo de 400 mg de cafeína diaria, esto equivale a 4 tazas de café (1 taza = 8 onzas). Y claro está, ojo si lo endulza. Creo en las relaciones saludables con los alimentos, y sobre todo con aquellos que están tan arraigados a nuestra cultura. Celebre un mundo de sabores, y celebre los sabores de su cultura.  

La autora es nutricionista de Centro Ararat. Puede seguirla en sus redes sociales

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