Por: Nilmaris Díaz Ramos
La pobreza, los bajos ingresos, la discriminación en el empleo, la falta de acceso a programas de alimentos y el acceso limitado a comida son detonantes que provocan la inseguridad alimentaria en la comunidad LGBTTQIA+ en Estados Unidos.
El Departamento de Agricultura federal define la inseguridad alimentaria como “la falta de acceso consistente a la comida suficiente para llevar una vida activa y saludable”. Se refiere a una escasez de recursos financieros que impide conseguir alimentos.
Este problema afecta significativamente a personas de la comunidad entre las edades de 18 a 35 años, según reveló el primer estudio en demostrar la prevalencia de la inseguridad alimentaria en la población LGBTTQIA+, publicado en la revista de la Academia de Nutrición y Dietética.
Esta investigación no contó con la participación de mujeres transgénero. No obstante, la licenciada Alana Marrero González, nutricionista de Centro Ararat, participó en el estudio y recopiló los siguientes datos:
- Un 54.4% de las personas de la comunidad LGBTTQIA+ reportó sufrir inseguridad alimentaria.
- Los hombres transgénero reportaron la tasa más alta de inseguridad: 64.8%, mientras las personas de género no conforme reportaron un 58.7%. Las personas de género no conforme son aquellas cuya expresión de género difiere de los roles, normas o estereotipos asignado a hombres o mujeres; su identidad de género se expande más allá del binario. Otros términos utilizados pueden incluir genderqueer, genderfluid o no binarie.
- Algunos de los determinantes sociales que causan esto son: la pobreza, bajos ingresos, desempleo o pocas oportunidades de empleo, la discriminación en el empleo, la falta de acceso a programas de alimentos y acceso limitado a comida.
Asimismo, la licenciada Marrero González añadió que, además de los determinantes sociales mencionados, el problema de vivienda influye ampliamente en la inseguridad alimentaria. “Una cosa lleva a la otra, según datos del Behavioral Risk Factor (2015) sobre la población transgénero en Estados Unidos. Un 32% de esta población está en riesgo de no tener hogar y eso afecta su habilidad para alimentarse”, concluyó.
La experta en salud indicó que una de las revelaciones más importantes de esta investigación es que existe una necesidad de crear propuestas de política pública que consideren programas de alimentos y bancos de alimentos dirigidos a la comunidad LGBTTQIA+. “Si estos programas no son lugares donde se sientan aceptados, no van a acudir a ellos, porque quieren evitar el trato incorrecto y el discrimen”.
Por otro lado, en el caso de Puerto Rico, en el 2016 un grupo de investigadores del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico destacó en su estudio Radiografía de las comunidades transgénero en Puerto Rico, que muchas personas transgénero se ven afectadas por inseguridad alimentaria, especialmente cuando atraviesan procesos de transición, los cuales suelen ser muy costosos.
Aparte de este dato no se hallan estadísticas acerca de la inseguridad alimentaria en la comunidad LGBTTQIA+ en Puerto Rico. Resulta urgente la necesidad de estudiar este fenómeno, conscientes de que ya un 40% de las familias en el país sufre de inseguridad alimentaria.