Durante la pasada década, la comunidad LBGTQ ha ganado mayor reconocimiento, y como resultado de esto, en el 2016, la Institución Nacional de Salud (NIH) designo de forma oficial a las comunidades de minoría como poblaciones con disparidades de salud, estas barreras se agudizan aún más en la población trans.
Cada día son más las personas que deciden utilizar terapia hormonal como tratamiento de afirmación de género, y muchas de estas personas van a tener consideraciones nutricionales específicas. Sin embargo, hasta el momento, no hay guías o recomendaciones nutricionales específicas para la población trans. Las investigaciones sobre los requisitos nutricionales específicos para la población son pocos, sin embargo, los resultados han sido contundentes. Uno de los grandes resultados obtenidos nos indica que aquellas personas de la comunidad trans que deciden utilizar terapia hormonal han tenido resultados favorables en su estado de ánimo, entiéndase disminución de ansiedad o depresión, además de los cambios físicos, que por ende repercuten en calidad de vida.
Ha sido vital para reducir problemas de ansiedad, depresión, obtener cambios físicos deseados y en general han reportado una mejor calidad de vida.
Es importante destacar que no toda la comunidad trans experimenta disforia de género, definida como la sensación de incomodidad o angustia por sentir que su identidad de género difiere del sexo asignado al nacer; o de las características físicas relacionadas con el sexo. Es importante destacar que no toda la población trans utiliza terapia de hormonas, la población trans es muy diversa y todas las identidades dentro de la población trans son válidas. Al igual que con muchos medicamentos, el utilizar terapia hormonal puede tener efectos secundarios que alteran el estado nutricional.
Los resultados obtenidos nos han dado poderosas observaciones sobre el impacto a la salud de la terapia hormonal. El estradiol, por ejemplo, una de las hormonas utilizadas como terapia hormonal, puede provocar reducción de masa muscular, aumento en peso y riesgo de aumento en el nivel de triglicéridos. Mientras que la espironolactona, la cual se utiliza como bloqueador de los niveles de testosterona, la ciencia nos indica que este medicamento, puede aumentar los niveles de potasio en sangre, sobre todo en aquellas personas que tengan condiciones de salud previas como enfermedades del corazón o enfermedades del riñón.
Por otro lado, el uso de testosterona se ha relacionado a niveles elevados de presión arterial, así como con el aumento del colesterol LDL y reducción del colesterol HDL. Estos resultados son de gran valor para la comunidad trans y los profesionales de la salud, pues visibilizan la necesidad de orientación en nutrición, estos validan la necesidad de asegurar que la comunidad trans sea visibilizada y reciba consejería nutricional como parte de los servicios de su tratamiento.
Aunque los esfuerzos para entender las implicaciones nutricionales en esta población están en marcha, falta mucho camino por recorrer. Por ahora, se les recomienda a las personas de experiencia trans que busquen ayuda y orientación con profesionales en la salud cualificados para trabajar con la población. La comunidad trans merece cuidado y apoyo en todos los aspectos de la salud.